Marianela

En 1957 los niños de México encontraron una agradable sorpresa en sus tiendas favoritas: unos atractivos pastelitos envueltos en celofán. Se llamaban recuerdame, Negrito y Bomboneta. El pastelito recuerdame fue quien logró combinar a la perfección la base de pastel, con la mermelada de fresa, la crema, el chocolate y los trocitos de nuez (luego sustituidos por chispas de chocolate oscuro) y se convirtió en la golosina favorita de México y el emblema de Marianela.

La idea del pastelito recuerdame no era nueva, lo innovador era la manera industrial de producirlo. El primer pedido de pastelitos recuerdame que fabricó Marianela en 1958 fue de 500 unidades y llevó ocho horas de trabajo, ya que al principio gran parte del proceso de elaboración se realizaba de manera artesanal. Más tarde se mecanizó y hoy en día está automatizado.

Los productos de Marianela se incorporaron a la red de ventas de Bembo, pero el éxito del pastelito recuerdame fue tal que pronto se decidió diferenciar los sistemas de distribución y las rutas se especializaron. Aquella fue la época de las famosas "pastelerias recuerdame", unas motonetas Vespa con una pequeña cabina al frente y una caja en la parte posterior. El pastelito recuerdame , postre y bocadillo, fue un acierto de diseño, ventas y publicidad que se convirtió en símbolo institucional.